En octubre del 2012 comenzó mi transformación de vivir con sobrepeso, a una vida saludable y energética. La forma de alimentarme nunca fue algo de que me preocupara, hasta que llegué a tener 12 kilos arriba de mi peso, tenía constante cansancio, padecía de dolores de cabeza y en las piernas, y de repente sentía pellizcos en el coxis. Cansada de achaques, decidí hacer una dieta homeopática bastante drástica, que me hizo perder los kilos de más. La dieta consistía en comer 500 calorías al día por un periodo de 4 meses. No fue nada fácil, pero logré el resultado. Perdí todos los kilos que me sobraban, y en ese momento decidí que quería mantenerme en ese peso de por vida – lo cual no sucedió como yo lo hubiese querido.Mi peso estuvo subibaja todo el siguiente año. No entendía el porqué, si según yo me alimentaba “sanamente” y hacia ejercicio regularmente. En aquel momento, comencé a asistir a unas clases de cocina saludable, donde aprendí a substituir ciertos alimentos por otros más sanos. Básicamente, ir dejando poco a poco alimentos procesados. Por ejemplo, sustituí la salsa soya por liquid aminos o tamari, el cual no contiene sal ni preservativos; la leche de vaca por leche de soya, almendra, quinoa, coco, entre una variedad de muchas leches; o los quesos, por nutritional yeast (cuando cocinaba pastas), o por quesos hechos a base de nueces de la India.
También comencé a darle prioridad a los productos que sólo debería consumir orgánicos (libres de pesticidas) según la tabla Dirty Dozen de la organización Environmental Working Group (EWG). Incluso, me di la tarea de conocer que productos animales eran mejores que otros. Por ejemplo: que el pescado Seabass si nutre, y el tilapia, al ser de cultivo, aporta cero nutrientes a tu cuerpo; o que la carne de búfalo tiene menos grasa que cualquier otra.

Así continué por un rato, hasta que en enero del 2014, comencé a tomar clases de cocina basadas en plantas o plant-based en inglés con Camille Lamb, quien era la especialista de Alimentación Saludable de WholeFoods, un supermercado cerca de mi casa. Ella fue realmente mi inspiración para hacer de la alimentación plant-based, un estilo de vida, en mi vida, de por vida!
Para mi suerte, en esa época el autor del libro Engine 2, Rip Esselstyn, convocó a un reto de 28 días comiendo plant-based en todo Estados Unidos. Camille nos daba recetas cada semana, y literal, eso era lo único que cocinaba para la semana, mi imaginación no daba para más. Cabe mencionar, que el haberlo hecho junto con mi esposo, fue fundamental para lograrlo – y de lo cual ambos nos hemos visto beneficiados.
Al final del reto, mis niveles de colesterol, triglicéridos y LCL bajaron considerablemente. Tener mi cuerpo con salud, me tomó ¡tan sólo 28 días! Para ese entonces, ya dominaba cómo hacer aderezos para ensaladas sin necesidad de usar aceite; platillos fríos y calientes a base de quinoa (fuente de proteína, hierro y magnesio); cocinar lentejas, no nada más en sopa; jugar con tofu, seitán o tempeh, como parte de la proteína que llevan mis platillos. Además de que incorporé productos de alto contenido nutricional a mi dieta que antes no conocía, o ni por error compraba. Tales son verduras como el bok choy, kale, papas moradas, garbanzo, yams; productos estrella (super foods) como la maca, camu-camu, hemp, chia, espirulina, goji berries, etc; frutas como la pitaya, o dátiles para endulzar mis licuados, entre muchos otros.
Mi paladar cambió. En tan sólo unos días se acostumbró a los nuevos sabores y texturas de mi nueva forma de alimentación. De tanto masticar hasta me dolía la quijada. Gracias a éste proceso, he logrado identificar cuando me estoy comiendo algo no saludable, generalmente fuera de casa, alimentos cocinados en aceite o simplemente azucarados. Mi cuerpo también lo siente. Cuando como de una forma saludable, mi cuerpo se mantiene bastante energético y mi mente muy enfocada; contrario a cuando como algo frito o procesado, tan pronto termino de comerlo, mi cuerpo me pide una siesta; se siente cansado y pesado.
Hoy en día, lo que empezó como un reto, se ha convertido en mi estilo de vida. Ser plant-based es el tipo de alimentación que a mi me ha funcionado para mantenerme en peso y saludable. Esta experiencia me ha enseñado que la disciplina y la constancia, paso a pasito, me han llevado a cumplir mi objetivo. En esencia, he transformado mi meta de verme bien, a la de sentirme bien …. y eso, ¡me hace muy feliz!
Fuentes de inspiración:
- Engine 2, de Rip Esselstyn
- Revertir enfermedades y vitamina A en embarazo por Dr. Fuhrman
- Food Bible, de Gillian McKeith,
- Prevent and Reverse Heart Disease, de Caldwell B. Esselstyn
- The China Study, de T. Colin Campell y Dr. Thomas M. Campell II
- Documental: Forks over Knives
- Documental: Foods Inc
- Sitio web Dr. Mercola